‘Las esencias de la tierra’ de Joan Miró es el primer libro de artista de la editorial Polígrafa (1968), que se prodigaría, desde entonces, en la edición de la obra grabada de los más relevantes artistas catalanes: Miró, Tàpies, Clavé, Ponç…

La idea surge a partir de ocho textos breves, en realidad, extractos y citas de Ramón Llull y 7 autores más del siglo XV al XVII que cantan las bondades de la tierra catalana: su flora, su fauna, sus frutos, desde los animales más pequeños e insignificantes a los que son objetos de caza o pesca por el hombre de campo, todo ello presentado como forma de vida idílica del campesino en Cataluña.

Sabido es que Miró, desde sus inicios, trata de reflejar la tierra de Tarragona, donde nació, y que alaba la vida campesina y el medio rural como modelo ideal del equilibrio entre el hombre y la naturaleza. La masía, Nord-Sud, La mesa (naturaleza muerta con conejo) y el Retrato de Vincenç Nubiola, apoyado en la mesa con frutos y un botijo, son buenos ejemplos.

Pero Miró, sin variar de objetivo, pasó de una representación figurativa que partía del objeto externo a una representación simbólica, de dentro afuera, construyendo las formas conceptualmente desde el interior, mostrándonos en signos pictográficos y expresivos su visión plástica, poética y rítmica, mediante la transcodificación en grafismo de la música, que perseguía plasmar en sus obras dotándolas de lo que él llamaba “música silenciosa”.

Miró quiso hacer poesía y música con su pintura, enmarcada dentro de las técnicas surrealistas. Movimiento del que fue miembro destacado desde los inicios del movimiento. De hecho, él fue quien presentó a Dalí al grupo de André Bretón.

Tenemos en esta colección 3 litografías a doble página y a todo color donde el baile de los signos mironianos nos acerca con su ritmo y dinamismo a la experiencia visual de la música silenciosa de Miró.

Hay otras 3 obras en blanco y negro y a doble página que son una muestra de expresividad e impacto que se mantienen estáticas y firmes, como labradas en piedra para permanecer manteniendo su visión intacta e invariable.

Por último, tenemos 7 litografías a una página, en blanco y negro, donde el texto escrito por Miró dibujando las letras con el pincel, dotándolas de expresividad individual y compuestas para la expresión del conjunto, nos transmiten a la vez información semántica, expresión rítmica y dinámica, y expresión plástica que integra los signos verbales y los símbolos visuales de la representación mironiana.

El grafismo de las letras tomó enorme relevancia en el cartelismo de Miró para los carteles de sus exposiciones, en carteles institucionales de importantes eventos y en multitud de seguidores en todo el mundo en que su influencia dejó una enorme huella.

Trayectoria de la exposición

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