Picasso y la fiesta española

«La Tauromaquia» de Picasso se editó por Gustavo Gili en 1959 dentro de la colección Ediciones la Cometa con 26 aguatintas al azúcar y una punta seca de cubierta, ilustrando el libro de Pepe Hillo La tauromaquia o arte de torear.La edición tenía una tirada de 263 ejemplares, diez de ellos (los numerados del 3 al 12) se grabaron sobre papel japón antiguo además de otra impresión de los mismos sobre papel nacarado
¨Molí-Vell¨ de Guarro, una prueba del grabado de la cubierta, sobre papel hilo Guarro, más dos pruebas de dos planchas fuera de serie, una en japón antiguo y otra en papel nacarado. El número 10 de estos ejemplares singulares es propiedad de FUNIBER que lo destina a la difusión del arte español dentro de las funciones de su Obra Cultural.

El fundador de la editorial Gustavo Gili, don Gustavo Gili Roig, hacia 1925 proyectó una edición de alta bibliofilia y como probable obra inicial pensó en editar La Tauromaquia de Pepe Hillo, ilustrada con grabados del mismísimo Pablo Picasso, máximo artista del siglo XX y apasionado admirador de las corridas de toros, asunto que aparece en su obra desde la primera época en grabados, dibujos, óleos, esculturas y cerámicas.

Picasso realizó su primera pintura al óleo en 1889 cuando con solo 8 años pintó El pequeño picador o Picador amarillo sobre la tapa de madera de una caja de puros.
La primera incursión de Picasso en la disciplina artística del grabado fue en 1899 con una obra llamada El zurdo, cuyo nombre se debe a un error que cometió el artista malagueño. Picasso no tuvo en cuenta el proceso de inversión que supone el grabado y, en la obra final, aparece un picador sujetando una puya con la mano izquierda, cuando todos los picadores deben ser diestros.

Picasso aceptó la idea, antes de 1931, año en que había de empezar la colección, habiendo incluso comenzado a grabar algunas planchas para la obra, pero, diversas circunstancias ligadas a los acontecimientos mundiales fueron demorando el proyecto, que quedó sin ser realizado.

Al cabo de 30 años, en 1955, ya muerto el fundador, su hijo Gustavo Gili y Esteve, retomó las conversaciones con Picasso quien se entusiasmó con el resucitado proyecto y en 1957 en un impulso creativo, tras asistir a una emocionante corrida en la plaza de Arlés, en unas pocas semanas grabó todas las planchas de esta serie excepcional, «La Tauromaquia» .

La técnica empleada fue, aguatinta a la goma, que permite obtener efectos con gran libertad, por ejecutarse pintando directamente sobre la plancha preparada. Con un estilo sintético y efectivo, con toques vivaces y precisas manchas, dota de equilibrio y movimiento las diversas suertes del toreo, descritas por Pepe Illo, sin olvidar el legado de «La Tauromaquia», de Goya de quien toma referencia en diversas y significativas láminas.

La Tauromaquia de Picasso es distinta en su estilo al resto de su obra, especialmente la dedicada al mundo de los toros y, en su aparente sencillez concentra el virtuosismo en la rapidez y precisión de la ejecución y la máxima expresividad con los mínimos y esenciales recursos pictóricos.

Trayectoria de la exposición

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