Le cocu magnifique, de Pablo Picasso

Fernand Crommelynck nació en 1886 en París de padres belgas. Desarrolla en esta pieza teatral la exacerbación de la pasión de los celos hasta la locura. Se inspiró en la obra Otelo de Shakespeare, pero quiso mostrar que esta pasión no necesita elementos externos para existir.

Inicialmente Bruno y Stella forman una pareja muy amorosa, viviendo en un mundo propio cuando Petrus, un primo de Stella les visita para pasar un tiempo con ellos. Bruno, orgulloso de las perfecciones de su esposa, la exhibe a los ojos de Petrus, hasta ver un destello de deseo en los ojos de Petrus que desencadena su locura. Echa al primo, pero los celos ya han hecho presa de él y ahora teme que le pongan los cuernos. Ya no puede confiar en su mujer, aunque a ella nunca se le ha ocurrido la idea de serle infiel. Para no ser atormentado más por el miedo a la infidelidad de Stella, la invita a acostarse con su primo. Stella, incapaz de soportar el dolor y los reproches de Bruno, se somete a su pedido.

Toda la obra está en una cierta ambigüedad, Stella aceptando que todos los hombres del pueblo declaren hacerlo para curar a su esposo de su enfermedad, ¿hasta dónde es sumisa? Es una farsa con palizas, máscaras, alcalde ridículo… pero que habla de la extraña alquimia que se crea dentro de la pareja, a veces hasta el punto de llevarlos a la locura y al sometimiento. 

Con el cornudo magnífico Picasso inicia un estilo de dibujo, propio del periodo que se dio en llamar el “viejo salvaje” y que se desarrolla con mayor intensidad, gráfica y erótica en la serie surrealista de ‘El Conde de Orgaz’ donde se libera del corsé de la ilustración eclosionando libremente el modo surrealista surgiendo del inconsciente, sin sujeción alguna a la dictadura de la razón.

En ella continúa con las escenas de exhibicionismo erótico con diversidad de voyeurs, utilizando y aplicando en mayor medida los hallazgos descubiertos en la serie del cornudo magnífico, pero será en la serie 347 donde fijará su estilo definitivo de dibujo para el grabado, en los 66 grabados de ‘La Celestina’ contenidos en esa serie y editados, acompañando la edición de la obra de Fernando de Rojas, en L’atelier Crommelynck, por el hijo del autor del cornudo magnífico.

‘La Celestina’, es la última obra de Picasso que se edita con un texto literario y es continuación estilística y temática del exhibicionismo y voyeurismo del cornudo, con el trazo y expresión conseguidos en ‘El Conde de Orgaz’, donde incluso se anticipa algún dibujo arquetípico de sus Celestinas.

El cornudo magnífico inicia un ciclo que concluye en la Celestina, que es un claro testimonio artístico y humano del último Picasso.